La fiebre que se ha desatado en todos los países occidentales por consumir productos naturales ha hecho que florezca un próspero mercado dedicado a comercializar supuestos fármacos fabricados a base de hierbas. Sin embargo, muchos de estos compuestos se venden bajo la etiqueta de “medicamentos” sin haber pasado por los preceptivos controles sanitarios y sin que se hayan comprobado sus efectos curativos.
Por eso, la Agencia Española del Medicamento acaba de ordenar la retirada de 119 productos que se distribuyen habitualmente en herboristerías y tiendas de dietética. Entre ellos se encuentran productos tales como ampollas de áloe, preparados de harpagofito, jarabes para la tos, cápsulas de ginkgo biloba, infusiones de equinácea y muchos otros.
Las autoridades sanitarias españolas han declarado que algunos de estos productos son totalmente inocuos pero que se ha decretado su prohibición debido a que se presentan con indicaciones terapéuticas, es decir, como adecuados para curar enfermedades que van desde un simple resfriado hasta el cáncer. Esto sólo podrían hacerlo los fármacos legalmente reconocidos, que han sufrido exhaustivas pruebas y cuya eficacia está comprobada. Otros de estos medicamentos herbales, si se toman a las dosis recomendadas por sus fabricantes, superan las dosis de vitaminas que puede absorber el organismo humano, por lo que son peligrosos. Algunos, incluso, están contraindicados si se padecen determinadas dolencias.
La lista completa y las razones de la prohibición están a disposición de todos nosotros en la web de la Agencia Española del Medicamento: www.msc.es/agemed.
GABY DE OXALA
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