Poderío Floral

Niños con bajo rendimiento escolar, falta de atención, dificultades de adaptación, pesadillas y rabietas, entre otros problemas, pueden tratarse con flores de Bach. Los buenos resultados no se harán esperar.
¡Que poder!, el de las flores. Además de ser utilizadas como un recurso de seducción, ellas tienen bondades que posibilitan su aprovechamiento en otro terreno donde resultan igual de fértiles, el de la salud. Que lo digan los seguidores de Edward Bach, médico inglés, homeópata y bacteriólogo, de cuya curiosidad germinó un tratamiento fundamentado en flores silvestres y de árboles, conocido a partir de 1936 en diversas partes del mundo con el nombre de flores de Bach. Estas, como bien lo explica Magdalena Calvo, terapeuta certificada como Bach practitioner por The Dr. Edward Bach Foundation, de Inglaterra, constituyen un sistema de curación que permite restablecer la salud emocional y mental, actuando a nivel psicológico y aliviando la causa fundamental de la mayor parte de las enfermedades: los sentimientos, emociones y pensamientos negativos.
Son 38 remedios florales. “Cada uno de ellos trata un estado emocional o un rasgo innato de la personalidad. Son útiles para superar situaciones emocionales cotidianas tales como tristeza, preocupación, temor, agotamiento, estrés, rabia, impaciencia e indecisión, entre otras”.
Siguiendo la postulados del doctor Bach, quien sostenía que “no es la enfermedad física lo que importa, sino es la situación emocional y mental que vive el paciente”, en el caso de las flores de Bach, a diferencia de otros tratamientos, la enfermedad física no tiene relevancia en la selección de los remedios florales. “El estado de ánimo, la actitud hacia la vida, los pensamientos, las emociones y los sentimientos son la guía para la elección. La salud está asociada con la armonía de cuerpo y mente. Los remedios florales devuelven el equilibrio y permiten ver las situaciones problemáticas de la vida en una perspectiva más positiva”, afirma la especialista.
Calvo asegura que son totalmente inocuos e inofensivos. “Los remedios florales son una terapia complementaria. No crean hábitos, adicciones, ni producen reacciones secundarias, y pueden ser usados a cualquier edad. Pueden tomarse al mismo tiempo que se aplican otros tratamientos, sean estos alopáticos u homeopáticos. No sustituyen ni el tratamiento médico, ni el tratamiento psicológico. Tampoco interfieren con otras formas de tratamiento menos convencionales o terapias alternativas”, asegura.
Advierte, sin embargo, que hay personas que no responden a la terapia floral y una de las razones puede ser una errada prescripción: “Cuando la persona toma una fórmula floral inadecuada, ésta no le hará daño pero tampoco le sanará. La otra razón que he podido constatar se debe a la falta de continuidad e interrupción del tratamiento floral, lo cual no permite obtener los beneficios esperados”.

Niños "comeflores".

Los niños reaccionan muy bien a los remedios florales y los padres encuentran un apoyo importante en esta terapia para ayudar a sus hijos a superar las situaciones que pueden presentarse en las diferentes etapas de su desarrollo. “He podido notar que con frecuencia niños y adolescentes,
responden más rápido que los adultos al tratamiento, pues no tienen predisposición ni dudan de los efectos de los remedios, de manera que el equilibrio interno se restablece mucho antes y con mayor facilidad”, señala Calvo.

La acción de estas flores consiste en sanar las emociones negativas que tiene la persona, sin atacarlas. La acción se centra en devolver y restaurar el sentimiento y la emoción positiva que la persona necesita recuperar. Por ejemplo, un niño con personalidad posesiva, que de forma constante y desmesurada reclama la atención de su madre, que se disgusta cuando siente que lo ignoran y forma un “berrinche” si sus padres no lo miran cuando hace su tarea o juega; al tomar los remedios florales recuperará el lado positivo de su carácter y podrá compartir y comprender más a sus compañeros, aprendiendo a dar espontáneamente sin esperar nada a cambio.
Son muchas las situaciones en las cuales la terapia floral puede ser de gran beneficio para chicas y chicos. Calvo presenta propuestas para sus casos más frecuentes:

Trastornos del sueño y pesadillas. Un problema en casa o en el colegio hace que los niños estén intranquilos, ansiosos y les cueste conciliar el sueño. Otros factores que alteran el sueño de los más pequeños, son el temor a la oscuridad, sueños, pesadillas y fantasías con monstruos y fantasmas que pueden aparecerse cuando la luz se apaga. Para estas situaciones hay remedios florales, muy útiles: Mimulus ayudará al niño que le tiene miedo a la oscuridad, dándole confianza y valor. Agrimony ayudará a ese niño que de día está bien pero sus noches son intranquilas. Chicory será un remedio muy efectivo para los que no quieren dormir solos y se cambian a la cama de sus padres. Aspen puede ser de gran ayuda cuando sienten miedos que no pueden explicar. Para las pesadillas el remedio principal es el Rock Rose que ayuda a controlar el pánico y el terror que producen los malos sueños.


Cama mojada. Primero debe descartarse la posibilidad de una infección urinaria o cualquier otro problema renal. Si no es el caso, esta situación puede deberse a que el niño está muy estresado o porque es de dormir muy profundo. El niño que se avergüenza o se siente sucio cuando moja la cama, tomará Crab Apple; el que trata de ocultar su cama mojada, esconde las sábanas o trata de lavarlas sin que nadie se dé cuenta, tomará Agrimony. Hay otros remedios que pueden ser utilizados pero dependerá de la situación emocional específica del niño y de su reacción ante la situación.

Las rabietas. Una rabieta puede darse por la frustración o incapacidad de hacer algo. Es la reacción natural de los hijos cuando no se les permite hacer lo que quieren; en ocasiones, puede ser la reacción a las propias limitaciones. Hay edades donde esta expresión se hace más común y los hijos suelen llevarle la contraria a los padres. Hay una serie de remedios que ayudan a superar este comportamiento: Impatiens permitirá superar la falta de paciencia consigo mismo, con los padres y amigos; Beech será muy útil para el manejo de la intolerancia y el no poder comprender los errores de los demás; Willow ayudará a promover una actitud de mayor responsabilidad y comprender que no se es víctima de las circunstancias; y Holly será excelente para manejar y superar la ira, el comportamiento rencoroso y la rabia contra los demás.

Adaptándose al colegio. La primera vez que el niño asiste al colegio, plantea cambios no sólo para ellos sino también para los padres. Esta etapa trae cambios en los hábitos del niño y plantea retos ante las nuevas rutinas escolares. En el remedio floral Walnut se encontrará un aliado muy valioso que ayudará en la adaptación al nuevo ambiente escolar; y ayudará igualmente a ese niño que necesita adaptarse a un nuevo colegio o un nuevo grado.

Hiperactividad y falta de atención. Para Calvo éstas son dos etiquetas que se utilizan con frecuencia en niños que tienen dificultad en “prestar atención”, que se niegan a seguir instrucciones de sus maestros y no obedecen a sus padres. “Ahora bien, calificar a un niño como hiperactivo o con problemas de atención, puede ser más perjudicial que el síntoma en sí mismo y a esto se agrega la angustia, la ansiedad y hasta el sentimiento de culpa que los padres llegan a sentir. Hay que prestar especial atención al uso que se hace de esas etiquetas, ya que se puede hacer que el niño niegue sus potencialidades y se subestime. Es muy importante descartar posibles causas químicas o genéticas para la hiperactividad o la falta de atención. En este sentido, le pido a los padres que se remitan al psicólogo para esta tarea”, afirma la terapeuta.
El tratamiento floral a prescribir dependerá de la personalidad de cada niño así como de la situación emocional que vive. Al escoger los remedios florales hay que tener en cuenta los rasgos naturales del temperamento o carácter del niño o adolescente. Este se complementa con los remedios florales asociados con los estados de ánimo. Clematis ayuda a alcanzar concentración e interés por las cosas; Olive ayuda al agotamiento mental y Wild Rose combate la apatía. Es importante elegir el remedio floral que mejor se ajuste a su personalidad, ya que ésta es la que determina la posible respuesta a situaciones estresantes.

Adicionalmente, se sugiere a los padres algunas estrategias como cambios de hábitos en el ambiente familiar, establecer un diálogo creativo con sus hijos y proporcionarles un espacio donde puedan expresarse con seguridad y sin ser comparados. “Enfrentar la hiperactividad y la falta de concentración de los hijos, suele ser un reto muy grande para los padres, y la terapia floral es un recurso que también da soporte a lo que sienten y viven los padres que asumen este desafío”.
GABY DE OXALA

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