7.- SHIH/ EL EJERCITO
K'un Lo Receptivo, Tierra. K´an El Abismo, Agua.
Simboliza el agua sumergida en la tierra. De la misma forma que la fuerza militar se sustenta en la masa del pueblo -invisible en tiempos de paz pero siempre usada como fuente de poder-. Los atributos de los trigramas son peligro arriba y obediencia abajo. Corresponde a la naturaleza de un ejército, que en su sustancia es peligroso y donde deben primar la disciplina y la obediencia. La línea que controla el hexagrama es el nueve fuerte en el segundo lugar. Representa no al conductor, sino a un general eficiente que mantiene la obediencia del ejército con su autoridad.
EL JUICIO:
"El ejército. Los ejércitos necesitan Perseverancia y un hombre fuerte. Buena fortuna sin reproches".
Un ejército es una masa que necesita organización para convertirse en una fuerza de lucha. Sin una estricta disciplina nada puede lograrse, pero la disciplina no debe sustentarse en la fuerza. Se requiere un hombre fuerte que gane los corazones del pueblo y despierte su entusiasmo. Para desarrollar sus habilidades requiere la completa confianza del gobernante que deberá entregarle sus responsabilidades todo el tiempo que dure la guerra. Para la guerra es peligrosa y trae destrucción y devastación. Como una droga venenosa, sólo debe emplearse como último recurso. Una justificada causa para la guerra debe ser expuesta al pueblo por un líder experimentado. El pueblo, conscientemente, debe comprometerse y la unidad y fuerza de sus convicciones llevar a la victoria. El general debe tener cuidado que la pasión de la guerra y el delirio de la victoria no lo conduzcan a actos injustos que merecerían la reprobación general. Si la justicia y la perseverancia están en las bases de la acción, todo irá bien.
LA IMAGEN:
"En el medio de la tierra está el agua: la imagen del Ejército. El hombre superior acrecienta su influjo por la generosidad hacia el Pueblo".
El agua constituye una presencia invisible sobre la tierra, de la misma manera que el poder militar se encuentra invisible en las masas. Cuando el peligro llega, cualquier persona se convierte en un soldado; cuando la guerra termina, vuelve a sus ocupaciones. El que es generoso con el pueblo gana su afecto y el pueblo que vive bajo una ley benigna llega a ser fuerte y poderoso. Sólo un pueblo económicamente fuerte puede alcanzar el poder militar. Este poder debe cultivarse mejorando las condiciones de la gente con un gobierno humanitario. Sólo cuando hay este lazo invisible entre gobierno y pueblo es posible conducir una guerra victoriosa.
LAS LINEAS:
Seis en la base significa: "Un ejército debe aparecer Públicamente en orden. Cuando el orden no es bueno, la mala fortuna acecha".
Al comienzo de una empresa militar el orden es imperativo. Debe existir una causa justa y válida, obediencia y coordinación entre las tropas. Si no, el resultado inevitable es el fracaso.
Nueve en el segundo lugar significa: "Al centro del ejército. Buena fortuna. Sin reproches. El rey otorga una triple condecoración".
El caudillo debe estar al centro de su ejército, en contacto con él compartiendo lo bueno y lo malo que ocurra a, las masas. Sólo así será igual ante los requerimientos del cielo. Necesita también el reconocimiento del gobernante. La condecoración que recibe es justificada; todo el ejército es honrado en su persona.
Seis en el tercer lugar significa: "Acaso el ejército lleva cadáveres en un carro. Mala fortuna".
Si alguien interfiere entre el líder y el conductor, o bien si mucha gente asume el liderazgo del ejército, acarreará la desgracia.
Seis, en el cuarto lugar significa: "El ejército retrocede. Sin reproches".
Encarado a un enemigo superior, con el cual sería absurdo trabar una batalla, una orden de retirada es el único procedimiento correcto ya que salvará al ejército del desastre y la desintegración. No es un signo de coraje o fuerza trabarse en una lucha sin esperanzas.
Seis en el quinto lugar significa: "Hay caza en el campo. Es necesario que alguien los oculte. Sin reproches. Dejar al más vicio del ejército que lo conduzca; los más jóvenes transporten los cadáveres. Aquí la Perseverancia acarrea mala fortuna".
La caza en el campo, dejó sus habituales sitios en el bosque y devasta los campos. Esto se refiere a una invasión enemiga. Un combate enérgico y punitivo se justifica, pero no debe degenerar en un combate salvaje en el cual cada uno pelee sólo por sí mismo. A pesar del enorme grado de perseverancia y valor, puede venir la mala fortuna. El ejército debe ser dirigido por un líder experimentado. En el asunto de conducir una guerra no se puede permitir que el populacho haga una carnicería con todo lo que caiga entre sus manos. Si lo hace, el fracaso será el resultado y pese a toda la perseverancia existirá el peligro de la mala fortuna.
Seis en la cúspide significa: "El gran Príncipe triunfa en el mando, funda estados, otorga feudos. No debe emplearse a la gente inferior".
La guerra terminó victoriosamente y el rey funda estados y entrega feudos a sus vasallos. Es importante que la gente inferior no llegue al poder. Si ayudaron, págueseles con dinero, pero no con tierras ni con los privilegios de los dirigentes, porque abusarían del poder.
Simboliza el agua sumergida en la tierra. De la misma forma que la fuerza militar se sustenta en la masa del pueblo -invisible en tiempos de paz pero siempre usada como fuente de poder-. Los atributos de los trigramas son peligro arriba y obediencia abajo. Corresponde a la naturaleza de un ejército, que en su sustancia es peligroso y donde deben primar la disciplina y la obediencia. La línea que controla el hexagrama es el nueve fuerte en el segundo lugar. Representa no al conductor, sino a un general eficiente que mantiene la obediencia del ejército con su autoridad.
EL JUICIO:
"El ejército. Los ejércitos necesitan Perseverancia y un hombre fuerte. Buena fortuna sin reproches".
Un ejército es una masa que necesita organización para convertirse en una fuerza de lucha. Sin una estricta disciplina nada puede lograrse, pero la disciplina no debe sustentarse en la fuerza. Se requiere un hombre fuerte que gane los corazones del pueblo y despierte su entusiasmo. Para desarrollar sus habilidades requiere la completa confianza del gobernante que deberá entregarle sus responsabilidades todo el tiempo que dure la guerra. Para la guerra es peligrosa y trae destrucción y devastación. Como una droga venenosa, sólo debe emplearse como último recurso. Una justificada causa para la guerra debe ser expuesta al pueblo por un líder experimentado. El pueblo, conscientemente, debe comprometerse y la unidad y fuerza de sus convicciones llevar a la victoria. El general debe tener cuidado que la pasión de la guerra y el delirio de la victoria no lo conduzcan a actos injustos que merecerían la reprobación general. Si la justicia y la perseverancia están en las bases de la acción, todo irá bien.
LA IMAGEN:
"En el medio de la tierra está el agua: la imagen del Ejército. El hombre superior acrecienta su influjo por la generosidad hacia el Pueblo".
El agua constituye una presencia invisible sobre la tierra, de la misma manera que el poder militar se encuentra invisible en las masas. Cuando el peligro llega, cualquier persona se convierte en un soldado; cuando la guerra termina, vuelve a sus ocupaciones. El que es generoso con el pueblo gana su afecto y el pueblo que vive bajo una ley benigna llega a ser fuerte y poderoso. Sólo un pueblo económicamente fuerte puede alcanzar el poder militar. Este poder debe cultivarse mejorando las condiciones de la gente con un gobierno humanitario. Sólo cuando hay este lazo invisible entre gobierno y pueblo es posible conducir una guerra victoriosa.
LAS LINEAS:
Seis en la base significa: "Un ejército debe aparecer Públicamente en orden. Cuando el orden no es bueno, la mala fortuna acecha".
Al comienzo de una empresa militar el orden es imperativo. Debe existir una causa justa y válida, obediencia y coordinación entre las tropas. Si no, el resultado inevitable es el fracaso.
Nueve en el segundo lugar significa: "Al centro del ejército. Buena fortuna. Sin reproches. El rey otorga una triple condecoración".
El caudillo debe estar al centro de su ejército, en contacto con él compartiendo lo bueno y lo malo que ocurra a, las masas. Sólo así será igual ante los requerimientos del cielo. Necesita también el reconocimiento del gobernante. La condecoración que recibe es justificada; todo el ejército es honrado en su persona.
Seis en el tercer lugar significa: "Acaso el ejército lleva cadáveres en un carro. Mala fortuna".
Si alguien interfiere entre el líder y el conductor, o bien si mucha gente asume el liderazgo del ejército, acarreará la desgracia.
Seis, en el cuarto lugar significa: "El ejército retrocede. Sin reproches".
Encarado a un enemigo superior, con el cual sería absurdo trabar una batalla, una orden de retirada es el único procedimiento correcto ya que salvará al ejército del desastre y la desintegración. No es un signo de coraje o fuerza trabarse en una lucha sin esperanzas.
Seis en el quinto lugar significa: "Hay caza en el campo. Es necesario que alguien los oculte. Sin reproches. Dejar al más vicio del ejército que lo conduzca; los más jóvenes transporten los cadáveres. Aquí la Perseverancia acarrea mala fortuna".
La caza en el campo, dejó sus habituales sitios en el bosque y devasta los campos. Esto se refiere a una invasión enemiga. Un combate enérgico y punitivo se justifica, pero no debe degenerar en un combate salvaje en el cual cada uno pelee sólo por sí mismo. A pesar del enorme grado de perseverancia y valor, puede venir la mala fortuna. El ejército debe ser dirigido por un líder experimentado. En el asunto de conducir una guerra no se puede permitir que el populacho haga una carnicería con todo lo que caiga entre sus manos. Si lo hace, el fracaso será el resultado y pese a toda la perseverancia existirá el peligro de la mala fortuna.
Seis en la cúspide significa: "El gran Príncipe triunfa en el mando, funda estados, otorga feudos. No debe emplearse a la gente inferior".
La guerra terminó victoriosamente y el rey funda estados y entrega feudos a sus vasallos. Es importante que la gente inferior no llegue al poder. Si ayudaron, págueseles con dinero, pero no con tierras ni con los privilegios de los dirigentes, porque abusarían del poder.
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